La Soledad- Aliento 11- Te Regalo un Aliento©

A pesar de mi juventud sé bien lo que es estar sola en un sentido literal. Si bien las personas que han estado cerca de mí me han podido ayudar, su forma de estar y su vida han impedido que ese acercamiento haya sido real. Por otro lado, reconozco que es mi forma de ser, es lo que cómo soy yo realmente lo que ha sido causa de mi soledad. He sido médium y vidente desde pequeña. Esto significa que he tenido conocimiento del mundo imperceptible para los sentidos físicos y también de futuras situaciones propias o de las personas allegadas. Esto me ha hecho desarrollar una serie de mecanismos centrales para manejarme en las relaciones con los demás, bastante complejos. Estos mecanismos, si bien me han servido para entender y comprender a los demás, han dificultado de forma directa que yo me pudiera entender a mí, mi vida, mi experiencia y mi forma de ser también.

El mundo espiritual ha sido mi vórtice de entrada a estas facultades, no tanto por la información que se ofrece en él —la cual difiere bastante de mi propia experiencia— sino por considerar al ser humano en un sentido más amplio que el físico. Es decir, mis facultades hablan de una trascendencia mucho mayor de la que introduce la religión, la filosofía o el mundo esotérico, donde no se aclara de forma real el quid del asunto porque presentan el gran parapeto que son las creencias. Estas creencias condicionan la experiencia de los sentidos físicos en función de la fuerza que tengan para nosotros.

He anhelado ser más normal, una mujer más sencilla, más simple, sin esta sensibilidad. Es más, lo he intentado por todos los medios. He buscado explicaciones que se ajustaran a la realidad común, pero no me ha servido para nada, salvo para volver de nuevo a esa soledad que arrastra uno como un chicle pegado a sus zapatos. Pero a pesar del desaliento que esto me ha generado, supe encontrar un refugio en algo: la música —bendita música—, la escritura, caminar cerca de zonas de agua, subir pequeñas lomas o montañas o pasear por el mar. La mediumnidad también ha sido lo que me ha acercado a conocer y experimentar lo que es la malignidad en el ser humano. Todo ello en esta soledad de la que hablo, me ha dado frutos de distintas clases, unos más de mi gusto y otros, que directamente me han hecho vomitar.

Es por todo esto que considero que sea cual sea nuestro caso, es decir, sea cual sea el motivo por el que arrastramos esa soledad, necesitamos aceptar esa fase de nosotros que nos retrotrae una y otra vez a esa forma de estar, necesaria en algunos momentos o situaciones, pero no obligatoria en nuestro destino y en nuestras circunstancias. No te engañes, si estás solo por voluntad propia al cien por cien, chapó; pero si no, date cuenta de por qué: entiende y comprende cuáles son los motivos reales de tu soledad y articula tus respuestas.

Receta 11

Caminar en soledad es una elección, no una obligación. No dejes al destino o al azar esa parte tan importante de la Vida, que es vivir acompañado por el tipo de personas que mereces.

Práctica: si has estado solo o lo estás, pregúntate por qué y de forma real, aunque te suela, te asuste o te resulte desconocido, contéstate. Al hacerlo no te trates con desmerecimiento, a pesar de lo que hayas podido hacer o de lo que te hayan podido hacer en un pasado.