La máscara del cuerpo- Aliento 18- Te Regalo un Aliento©

Para poder trabajar bien la temática de este manual, debemos de tener claro que, la forma principal de abuso recae sobre todo lo que tenga que ver con el cuerpo físico y tenga que ver con él. El cómo nos relacionamos con nuestro cuerpo es lo que define nuestras relaciones humanas, puesto que la relación con los demás está muy marcada por la relación con uno mismo, y la relación con uno mismo parte a su vez, de la relación con el cuerpo.

Esto no contradice ni apoya las creencias respecto a lo sobrenatural, trascendental o invisible —el más allá. Además es el punto de partida en todos y cada uno de los seres humanos independientemente de las creencias que tengamos respecto a uno mismo; también es independiente de la forma en que expliquemos la vida o la cantidad de dinero que tengamos en el banco.

Si soy capaz de ver cómo me relaciono con mi cuerpo o con el aspecto material, puedo dar con el punto exacto para la sanación de cualquier abuso existencial, físico —violencia, esclavitud, hambre…—, emocional —malos tratos, vejaciones—, sexual, sentimental, etc.

La dificultad aquí es, más bien, ser lo suficientemente honesto con uno mismo para poder mirarse de forma amorosa para identificar desde dónde me estoy relacionando con mi cuerpo. No es solo sinceridad ni el hecho de que podamos encontrar una explicación pertinente, o que asistamos al personal cualificado para ayudarnos. No es suficiente. Estoy hablando de lo que se nos está pidiendo en el fondo es TODO UN GRAN ACTO DE AMOR HACI A UNO MISMO. Acto que necesita del reconocimiento real de la valía que cada uno tiene y atesora por el hecho de ser humano. Esto no depende del patriarcado, del éxito social, del amor de una madre, del político de turno ni del éxito de mi empresa. Esto depende única y exclusivamente de uno mismo y se hace desde dentro hacia uno. Parte de uno y vuelve a uno, sin necesitar nada de nadie.

Receta 18

A pesar de lo simple que es cuesta mucho trabajo de hacer, sobre todo si estamos acostumbrados a depender de otros o estar pendiente de otros aspectos para no sentir nuestro propio miedo. También tenemos miedo de nosotros mismos y eso es lo que más trabajo puede costar de ver; de aquí la necesidad de recurrir a la honestidad. Una vez aquí, es donde encontramos nuestro mayor aliento.

Práctica: Identifica cómo te relacionas con tu cuerpo y para ello, sírvete de estas fases si te ayudan: rechazo al cuerpo, abandono o dejadez, despreocupación irresponsable, odio, aburrimiento, cansancio, desprecio, venganza, ira, rabia, violencia, ignorancia; delicadeza, cariño, aprecio, comprensión, conocimiento del mismo, cuidados, hipocondría, perfeccionismo, miedo a equivocarse en lo relativo al cuerpo o la salud, hambre…