El día que vi mi futuro- Aliento 19- Te Regalo un Aliento©

La primera vez que tengo la memoria clara y nítida respecto a lo que supone ser vidente —ver el futuro— fue un día que estaba estudiando guitarra en la casa en la que vivía. Resulta que yo había escuchado hablar a Rajoy en televisión de la crisis y al día siguiente, la que vio su futuro respecto a la crisis en España, fui yo. Por supuesto, ese futuro era materialmente nefasto: penuria económica total y absoluta. Es decir, iba a seguir dependiendo de los demás para subsistir.

Estudié guitarra clásica en los conservatorios de Jaén, Sevilla y Salamanca. Acabé los estudios superiores en esta última ciudad. Mucho trabajo y muy duro, mucho sacrificio, mucho estudio y las mayores recompensas: los profesores que tuve. El último fue muy generoso conmigo en cuanto a sus conocimientos sobre guitarra y sobre música. Se apasionaba dando clase. Gracias a él y a otro profesor me interesé por la composición, que para mí es la parte más creativa de la música. Cuando acabé el conservatorio estaba destrozada: había conseguido mi objetivo académico pero en lo sentimental, estaba muy perjudicada por el efecto, ya visible en mí, que había conseguido el maltrato psicológico. Cuando acabé la carrera todavía faltaban unos meses para llegar a convertirme en una persona autómata que vivía por inercia sin ofrecer resistencia. Pasaron meses hasta que puse fin a esa relación de pareja. A partir todo fue muy rápido y muy diferente a todo lo que había vivido antes.

Durante los años posteriores, sobre todo en el momento de dejar la guitarra, todo fue críticas y reproches, como si fuera culpa mía el no tener alumnos o no seguir dedicándome a la música. Cuando la crisis lo primero de lo que recortaron la mayoría de familias fue la música. Demasiado lujo tal vez. Así que tuve que improvisar con lo que tenía y me estaba apasionando en ese momento: el tarot por un lado y por otro, muchas ganas de compartir con otras personas, aquello que había descubierto a través de mi cabezonería por recuperarme del maltrato. Este descubrimiento a su vez podía ayudarnos a estar mucho mejor con nosotros mismos. Sin embargo, me encontraría con otra dificultad: la gente no quiere enfrentarse a aquello que le perjudica y mucho menos, cambiarlo. Esto tiene su por qué y en según qué casos, a veces es cuestión de poder y otras es cuestión de querer.

Receta 19

Hay todo un entramado económico en cada país que lo sostiene tal cual es en ese momento. No es solo cuestión de decisiones políticas, empresariales, autonómicas o estatales, como nos quieren hacer creer. No se nos puede olvidar que al otro lado de la balanza estamos nosotros, y que sin eximir de la responsabilidad que tienen los que ostentan el poder, por lo inherente a sus posiciones, nosotros nos encontramos en el otro lado, siguiendo o apoyando ciertas corrientes en función de cómo vamos encajando en ellas y de cuán cómodos nos encontramos. Realmente son pocos los que se dan cuenta del esfuerzo que hay que hacer para cambiar los ambientes existentes en pos de un mayor beneficio común, porque cuando existen las condiciones externas necesarias, es más fácil que lo de dentro emerja y se posicione de una forma o de otra. Sin embargo, cuando lo de fuera no propicia nada nuevo o nos conduce a una parte más negativa y mediocre, poco podemos esperar de lo ajeno a nosotros. En realidad, no deberíamos de esperar, porque la vida no cambia sola y el ser humano, tampoco.

Práctica: hoy dedícate a crear ahí donde te encuentres un entorno favorable para ti. Por ejemplo: si tienes el armario desordenado ordénalo o si cuentas con alguna habitación de trastos, límpiala; despeja tu cabeza de dudas y malos pensamientos… Simplemente haz espacio en ti de la forma en que se te ocurra. No esperes a que nadie lo haga si lo necesitas.