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Aliento 10

Cambiar

Si en según qué casos, ser sinceros con nosotros mismos puede resultar difícil por lo que supone, para lo que significa cambiar en un sentido literal del término, tengo para escribir un manual aparte. Qué decir: a pesar de lo inestable, inseguro y lo cambiante del mundo en el que vivimos nos aferramos a lo permanente como el náufrago que hinca las uñas en la balsa tras una zozobra. La inercia que conservamos en nuestro mundo interior con la cual sostenemos lo permanente, a día de hoy es mucho mayor, que la opción de cambiar. Esto ocurre sobre todo por costumbre, porque es lo que nos han propuesto nuestros linajes, nuestras familias, nuestra sociedad y porque, lo hemos aceptado la mayoría sin rechistar. De vez en cuando alguien se revela y suelta algo distinto —ante lo cual o bien huimos despavoridos o bien nos acercamos atraídos por esa nueva melodía que termina luego en rechazo—, ante lo cual es difícil que esa criatura no termine engullida por el ambiente y la inercia general. En este punto, es un acto de heroísmo mantenerse a salvo de todo ello, incluso puede llegar a ser el área en el que más esfuerzos se invierte: se construye día a día una fortaleza que aleja eso que puede destruir tu vida y que mantiene a raya al invasor y/o al maligno.

Sin embargo, es mucho más fácil de lo que parece o de lo que nos puede resultar en principio. Para empezar, no se trata de cambiar a toda costa, porque esté de moda o porque fulanito o fulanita nos lo dice; pero tampoco se trata de seguir siendo como somos a pesar de nosotros mismos, es decir, mantener pautas de comportamiento dañinas, estúpidas e idiotas. Es por eso que en el fondo es sencillo, porque el punto que nos mantiene anclados es nuestra propia forma de abusar de nosotros mismos. Punto que sirve de acicate para que otros puedan abusar de nosotros. Es un punto muy concreto, muy exacto y muy pequeño. Esto permite que «el cambio» necesario para trascender este patrón tenga la contundencia necesaria para cambiar nuestra vida y nuestro interior desde la raíz. Es como sellar una zona milimétrica en toda tu existencia humana general que impide que en tu vida eso que te haga daño se siga perpetuando. El «único» requisito es tener una mínima voluntad para salir de esa inercia en la cual acostumbramos a vivir por un lado, por otro, querer existir y ser de una forma más amorosa con nosotros, a pesar de lo demás. Esto es, a pesar del lado oscuro de la vida y de todo los que la conforman, sostienen y nutren.

Receta 10

Además de lo escrito anteriormente, existen otros motivos por los que no queremos cambiar aunque precisamente sea lo que necesitamos. Esas razones suelen tener que ver con nuestros propios miedos y fantasmas, con los traumas y las heridas anteriores o actuales. Sin embargo, se trata de una serie de aspectos propios, que hablan de cómo nos relacionamos con nosotros mismos y con los demás; nos habla de todo lo que nos supone o todo lo que significa para nosotros traspasar los límites que los propios miedos, traumas e inercias generan en una transformación positiva —la mejor transformación posible para nosotros. Por ejemplo: no quiero cambiar porque eso significa que ciertas personas nos pueden abandonar, no queremos que nos vaya bien porque si nos va bien otras personas nos pueden usar, etc. Por esto creo que es importante que aprendamos a resolver nuestras propias necesidades independientemente de los demás, ya que, aunque puede parecer egoísta, en el fondo esta independencia está facilitando el uso de recursos disponibles para otras cosas que puedan generar mayor interés y beneficio personal.

Práctica: elabora una lista con diez razones o consideraciones por las que te puede venir bien cambiar y sacar los correspondientes miedos si los tienes, estén más fundados o menos en aspectos racionales y lógicos de tu existencia humana.