La relación de pareja- fragmento libro “El Camino de la Flor de Lis”

En este artículo comparto un fragmento sobre “la relación de pareja” de mi libro El Camino de la Flor de Lis.

[…] Necesitamos definir qué es para nosotros la relación de pareja, a poder ser, desde nuestro corazón y desde un sentido más amplio de vida. Por ejemplo, para mí la pareja es un espacio en el que compartir y compartirme siempre en función del libre albedrío de cada uno. Esto implica que no hay ninguna obligación de hacer nada juntos, de estar juntos todo el día, de hablar obligatoriamente, de contárnoslo todo y no dejar ningún secreto guardado, etc, etc, etc. ¿Por qué? Porque es lo que resuena dentro de mí en este presente momento. Pasé por la parte en la que estando en pareja cada uno cedía sus necesidades al otro para que se encargara de ellas. Esto en realidad, es muy complicado, ¿no? ¿Por qué debería de saber tu pareja mejor que tú lo que realmente necesitas? ¿Por qué debería de estar tu pareja obligado a compartir contigo en todo momento? Todo esto tiene que ver con un sentido del amor propio que pasa por cierta fase de orgullo que ha sido necesaria para que seamos salvados de ciertos comportamientos destructivos de otras personas hacia nosotros. Dicho de otro modo: una persona que me quiere SIEMPRE estará conmigo, pase lo que pase. Hasta cierto punto es cierto, pero, ¿y si esa persona en un momento determinado está ocupada haciendo otra cosa y no puede estar contigo? Pues por una parte, no se cumple el “siempre”, esa incondicionalidad que nos obliga a estar sí o sí junto a nuestra pareja. Por otra, nuestra pareja es una persona, tiene necesidades, tiene voluntad, TIENE LIBERTAD, y en consecuencia, puede estar eligiendo otra cosa en el momento de tu necesidad de su presencia que no sea compatible con ello. Este tipo de “amor incondicional”, no como el amor divino del que hemos hablado, sino como un amor obligado a estar pase lo que pase, produce en nuestra vida diaria más complicaciones de las que podemos imaginar. Estamos obligando a la vida, a nuestra pareja, incluso, a nosotros mismos, que estemos ahí pase lo que pase. Así, hemos llegado a uno de los puntos clave que relacionan la pareja con la soledad. En ambos casos, la valía no está tanto en sí en la persona que te acompaña, sino en la interpretación que tú haces del acto de la otra persona. Por supuesto, que todos valemos, todos somos muy valiosos, pero cuando pillamos ciertas pataletas por ausencias o incumplimientos de los deberes para con la pareja, estamos dándole toda la responsabilidad al otro (error) y estamos diciendo entre líneas, que vale más la presencia del otro que la propia de uno (otro error). Así, nos podemos preguntar, ¿valoro realmente mi propia presencia? ¿Responsabilizo a los demás de algo que en realidad es responsabilidad mía? ¿Peco de responsabilizarme de asuntos de mi pareja? Todo esto, nos está ayudando y nos está sirviendo para encontrar nuestros propios fallos en la construcción de nuestra vida. Son como los ladrillos que debemos identificar y debemos de cambiar por otros que resulten más positivos para uno mismo y para el resto.