HAY ALGO MAL EN MÍ

Esta tarde como por casualidad, he llegado a una programación asumida y aceptada como válida, creo, que por toda la humanidad. Esa programación es “hay algo mal o malo en mí”. ¿Cuántas veces has tenido la sensación de que hay algo equivocado dentro de ti? ¿De que eres el problema? ¿De que mejor no vivir y esconderte por no generar más problemas?
Las religiones y las personas que las apoyan se han encargado de sostener esta creencia. Venimos con el pecado puesto, venimos ya con el error, así que si nos equivocamos, para qué queremos más, ¡para qué creer que merecemos una vida digna! Sin embargo, por lo descubierto en esta programación, invito a que la desechemos para poder dar paso a lo que realmente nos importa: vivir en plenitud.

¿Cómo vivir en plenitud cuando ni siquiera merecemos vivir porque estamos mal hechos? Difícil, ¿no? Y ahí seguimos, esperando que aparezca no sé qué o no sé quién a darnos aquello que nosotros ni siquiera nos atrevemos introducir en nuestra vida, no vaya a ser que alguien se enfade o se moleste.
El caso es que detrás de esta programación, está nuestro poder. ¿Por qué? Porque… ¿qué pasaría si tú que estás leyendo no te creyeras que estás mal o que hay algo erróneo en ti? Quiero que te lo preguntes sinceramente, de verdad. ¿Qué pasaría si no hubiera nada malo en ti? ¿Qué pasaría si lo único que tuvieses que hacer en esta vida es ser alguien pleno, poderoso y lleno de amor? ¿Qué pasaría si hicieras aquello que te gusta? ¿Qué pasaría si no admitieras nunca jamás que alguien te hiciera creer que eres el problema? Cierra los ojos e imagínalo, siéntelo.
Creo que no vamos a ningún lado echándole la pelota al otro. Nos equivocamos todos los días, pero de ello aprendemos todos los días. Y no hay necesidad ninguna, de que nadie, absolutamente nadie, nos diga lo malos que somos o los problemas que tenemos. Creo que cada cual tiene suficientes asuntos por resolver como para andar mirando los problemas de los demás. Esto no quiere decir, que no acepte un consejo o unas palabras en ciertos momentos determinados, porque bien sabemos, que entre unos y otros nos nutrimos. Sin embargo, cuando uno se rodea de personas tóxicas y negativas, es mejor ponerse tapones en las orejas y mirar adentro para dejar de admitir la basura de los demás, para dejar de tragar con lo que ellos creen de ti. Cuando nos creemos las cosas negativas dichas con maldad (mala intención) de los demás, nos convertimos en su cubo de basura y pagamos con todas las consecuencias que trae el creerse malo e indigno. Esas consecuencias son entre otras cosas, un derroche de energía para sostener algo que en nuestro fuero interno es MENTIRA.Y esto tiene un coste energético impresionante.
Por eso, con esta pregunta me despido:

¿Qué pasaría si no hubiera nada malo en ti y solo necesitaras enfrentarte a tus miedos y conocerte –con todo lo positivo y todo lo negativo?

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